Fragamentos de cómo se va a componer el mundo
La verdadera historia de la mujer que vivió y habló con un delfín
En 1964, en el marco de la investigación sobre la comunicación entre especies, que también generaba esperanzas para la búsqueda de vida extraterrestre, la Nasa financió este peculiar proyecto, dirigido por el neurólogo estadounidense John Lilly.
A los veintitantos años Margaret Howe Lovatt fue la mujer elegida para llevar a cabo uno de los experimentos más extraños en la historia de la ciencia: enseñarle a hablar a Peter, un delfín, con el que convivió durante nueve meses en una relación estrechísima.
Ella le hablaba con palabras simples, y las repetía una y otra vez hasta que el delfín pudo inmitar la entonación y las inflexiones de la voz. Aunque nunca logró una buena pronunicación.
El experimento se llevó a cabo en un laboratorio en las Islas Vírgenes que recibía el nombre de "Casa del Delfín". La idea de Lovatt fue acercarse de la misma forma que una madre o una maestra le enseña a hablar a un niño, y para hacerlo era necesario estar inmersos en el lenguaje 24 horas al día. Inundó una parte de la casa con agua, para poder vivir con Peter y conseguir que hablara.
Aislados en el delfinario, la relación entre maestra y alumno se estrechó mucho más allá de las lecciones de inglés. Tanto que incluso lo ayudaba manualmente a aliviar sus urgencias sexuales para no interrumpir las lecciones haciendo bajar al delfín a la planta de abajo, donde los científicos mantenían a dos hembras. Según Lavett, esto era algo que facilitaba la misión principal, que no era la sexual. Por su parte, Andy Williamson, el veterinario que cuidaba a los animales en la Casa del Delfín, aseguraba que el delfín estaba locamente enamorado de ella.
Después de un tiempo, el proyecto se cerró rodeado de rumores y controversia por los experimentos que el neurólogo John Lilly practicaba con LSD en humanos y animales. Margaret eligió no hablar de esos 9 meses, hasta que 50 años más tarde, el director Christopher Riley la convenció de narrar su historia en el documental, "La chica que hablaba con delfines".
Para ver un frgamento del film, les dejamos el siguiente link:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/06/140618_ciencia_mujer_hablaba_con_delfines_lovatt_np
El artista que descifró la música de los árboles
Bartholomäus Traubeck ha creado un sistema para transformar los anillos del tronco de un árbol en piezas musicales. Ha hecho realidad ese rumor nunca del todo comprobado que afirma que las plantas hablan, si se las sabe escuchar. Traubeck ha creado un dispositivo muy parecido a un tocadiscos, con algunas modificaciones que lo hacen único: en vez de púa, tiene una pequeña cámara sacada del Playstation Eye, conectada a una placa de Arduino; en vez de discos de vinilo hay una rodaja de un tronco, girando en torno a un eje. La cámara lee microscópicamente los surcos del tronco, y el procesador, conectado con Ableton Live, lo interpreta según unos sonidos que Traubeck ha programado usando los tonos del piano.
El proyecto se llama Years porque se trata de una manera muy especial de experiementar el tiempo de vida de un árbol. A medida que el tocadiscos gira hacia el centro de los anillos, va haciendo un recorrido inverso al crecimiento que tuvo que hacer el árbol. Traubeck estaba fascinado con la cantidad de tiempo comprimido en los anillos y con el tiempo que le lleva a los árboles para hacer crecer esa estructura y la información que radica en las circunferencias.
El artista investigó la dendrocronología, la ciencia de la lectura de datos en los anillos de árboles. Y luego hizo el ejercicio de interpretar a las plantas o árboles como parte de algoritmos manifestados. "El ADN es como un programa que se ejecuta, y dependiendo del medio ambiente en el que lo hace, se desarrolla de una manera u otra. Traté de ver esto en formaciones de piedra de mármol, pero no hay ningún algoritmo, porque no es materia viva, auqnue puede ser un archivo de datos. Supongo que hoy en día, todo puede ser datos o un archivo de datos" explica Traubeck.
Su visión es hacernos conscientes de que todo a nuestro alrededor esconde datos e información, y que sólo debemos saber cómo interpretarlos.
Lola Kiepja: la voz de los ancestros
''Estoy aquí cantando,
el viento me lleva
estoy siguiendo las pisadas
de aquellos que se fueron
Se me ha permitido venir
a la montaña del poder
He llegado a la gran cordillera del cielo,
camino hacia la casa del cielo
el poder de aquellos que se fueron
vuelve a mí
Yo entro a la casa de la gran
cordillera del cielo
los del infinito me han hablado''
Lola Kiepja fue una chamana y cantante selk'nam, conocida como "la última ona" o la "última selk'nam", debido a que fue la última persona perteneciente a la cultura selk'nam (ona), en conocimiento directo de las tradiciones, cantos y artes de esa cultura milenaria repartida entre la parte más austral de Argentina y Chile. En 1964 la antropóloga Anne Chapman registró sus cantos con un grabador magnetofónico. Chapman que era discípula de Lévy Strauss, viajó por más de 40 años desde Europa hasta el sur de Argentina y transcribió su experiencia en varios trabajos escritos, además de dejar testimonio grabado de la voz de Lola.
''A fines del invierno de 1966, en Tierra del Fuego, Argentina, murió Kiepja, más conocida como Lola. Su grupoo étnico es conocido como ona, aunque su verdadero nombre es selk'nam. El modo de vida de los selk'nam es el más antiguo de la humanidad: el de la edad de piedra, el Paleolítico de los cazadores, recolectores y pescadores. Con Kiepja desapareció todo testimonio directo de su cultura. De los pocos sobrevivientes de su grupo, ella era la de mayor edad y la única que había vivido como indigena. Tenía aproximadamente noventa años cuando murió y había nacido bajo una tienda de guanaco y vivido su juventud vestida con pieles de guanaco acampando con su familia en playas, lagunas y bosques y participando en las ceremonias tradicionales.
Casi al fin de su vida cuando la conocí, parecía realmente feliz al revivir su antiguo modo de vida a través de sus relatos y de sus cantos. Pero sabía que su mundo había desaparecido para siempre''
(Fragmento del libro Fin de un mundo -Los selk'nam de Tierra del Fuego, de Anne Chapman)
Marina Abramovic por Laurie Anderson (parte I)
(Traducido por Victoria Schcolnik)
En agosto del 2003 la Bomb Magazine publicó una charla que ambas artistas habían tenido en el estudio de Laurie Anderson, sobre temas al azar como el futuro de los objetos, el derrumbamiento, la audiencia, los maestros, el desapego. Laurie, que tomó el papel de entrevistadora, describió el momento como un encuentro de música, que no se parecía mucho a hablar de lo que ocurrió ahí; y describió a Marina como una persona que ronronea las sílabas, deja de lado los artículos, y se ríe entre palabras. "Hablar con ella es tan íntimo como estar en un sauna con alguien", concluyó Anderson.
MA: Tengo sueños muy extraños ahora, de los que despierto en completo horror. Se repiten durante diferentes periodos de mi vida. No puedo explicarlos. Tienen algo que ver con la alteración de un orden que no debería ser perturbado. Yo vengo de una familia militar, tal vez por eso tengo este tipo de sueños. Tengo uno en el que estoy en frente de un gran ejército de cinco mil soldados con uniformes perfectamente planchado. Los estoy inspeccionando, y me dirijo a cada soldado para sacarles un botón del uniforme y tirarlo a la basura. Destruyo la simetría, y eso no está permitido. Ahí, me despierto en estado de pánico.
LA: Es interesante que utilizás la simetría como un ejemplo de orden, porque para mí la simetría es peligrosa y aburrida. Es rimar imágenes. Tal vez sea porque los dos lados de nuestro cerebro necesitan que las cosas encajen. En tu sueño, ¿tomaste un botón diferente de cada persona?
MA: No, siempre el mismo.
LA: ¿Entonces no estabas creando otra tipo de situación ordenada?
MA: (Risas) Lo que pasa es que estoy interesada en esta idea de que organizamos todo, y luego en el último minuto, todo cambia, toma un giro diferente. Me gusta mucho eso. Lo aprendí de los tibetanos.
LA: Recordás el mandala que los monjes armaron en el Museo de Historia Natural a finales de los 80 '? Les tomó seis semanas para hacerlo, ubicando grano por el grano para componer los colores en la arena. Yo estaba allí cuando dos niños llegaron y rayaron todo el dibujo.
MA: ¿Y entonces?
LA: Los monjes se rieron.
MA: Por supuesto.
LA: Porque se trata del cambio. No importaba la cantidad de trabajo que habían puesto, al terminar iban a destruir el mandala de todos modos.
MA: Para mí esto es tan fascinante de los tibetanos. ¿Alguna vez te conté la historia sobre la pirámide? El Dalai Lama quería tener un concierto, con música sagrada de las cinco diferentes tradiciones budistas de todo el mundo, todo en un escenario, cantando una canción, como nunca había sucedido antes. Sería en el centro de música de Bangalore, en el sur de la India. Yo fui invitada a coreografiarlos. Así que fui al monasterio con un megáfono. Había 106 monjes.
LA: ¿Cuándo fue eso?
MA: Esto fue exactamente hace cuatro años. Pensaba que la manera podría ser una pirámide humana. Fueron necesarios cinco semanas para construir unos escalones de madera sobre ruedas (que tenía que rodar hacia dentro y fuera del escenario, y tenían un minuto y diez segundos para lograr que los 106 monjes llegaran a la posición correcta en el escenario. Tuvimos que ensayar mucho; que no estaban acostumbrados a este tipo de trabajo escénico. Y cuando se terminamos, yo había estado en el monasterio durante más de un mes, el monje encargado vino y me dijo: "Es muy bonito, pero no podemos utilizar esta pirámide. Y yo dije: "¿Qué quiere decir?" Y él dijo:" Porque en el tradición budista no hay jerarquía".
LA: Me preguntaba quién iría a la parte superior.
MA: Yo no podía entender cómo me habían dejado trabajar todo este tiempo, todos los días, durante cinco semanas y sin decirme que no lo harían. Me dijeron que no habían querido ofenderme. Yo lloraba. Y me dijeron simplemente: "déjelo ir". Entonces en el concierto se sentaron en el lugar que querían, y cantaron y fue perfecto.
En la performance tenés que estar en control. Maria Callas dijo una vez: "Cuando cantás, la mitad del cerebro tiene que estar en completo control y la otra mitad tiene que estar completamente perdida". Esa es la esencia de lo que quiero decir. Tenés que equilibrar estas dos partes.
La rutina de las aves sobre una guitarra
Las instalaciones de la artista francesa, Céleste Boursier-Mougenot, se centran en reproducir el ritmo de la actividad en la vida cotidiana, y así observar cómo creamos sonido de maneras inesperadas.
En La curva, la artista recrea un ambiente aviario, amueblado con guitarras eléctricas y otros instrumentos. Los pájaros llevan a cabo sus actividades rutinarias, y cuando se posan o se alimentan de los distintos equipos, generan un paisaje sonoro. Les dejamos un extracto del film Les Oiseaux de Céleste, de Ariane Michel donde puede observarse parte del experimento.
© Extract0 del film de Ariane Michel, Les Oiseaux de Céleste. Copyright Galerie Xippas, Ariane Michel yCéleste Boursier-Mougenot, 2008
Reproducen el protoindeuropeo que se hablaba hace 6000 años atrás
Investigadores y lingüistas han reconstruido recientemente cómo sonaría el idioma protoindoeuropeo. Esta lengua se habló hace 6.000 años y dio lugar a las llamadas lenguas indoeuropeas, es decir, las que derivarían en la mayoría de idiomas actuales en Europa y Asia Meridional.
El lingüista Andrew Byrd ha realizado una lectura de un texto traducido al protoindoeuropeo. La grabación, publicada por la revista Archaeology, permite hacernos una idea de cómo nos comunicábamos hace miles de años.
El protoindoeuropeo fue un idioma hablado por gente que vivió aproximadamente entre el 4500 y el 2500 AC. No quedaron textos escritos y tampoco hay una forma exacta de saber si sonaba así o no. Es solo una posibilidad, pero una con la que muchos investigadores están de acuerdo.
El pasaje que lee Andrew Byrd es una fábula llamada "Las ovejas y los caballos", escrita por el lingüista alemán August Schleicher en 1868. Fue la primera pieza compuesta en vocabulario protoindoeuropeo y ahora sabemos cómo podría sonar.
Las ovejas y los caballos
Una oveja que no tenía lana vio unos caballos. Uno de ellos tirando un carro pesado, y otro que lleva a un hombre rápidamente. La oveja le dice a los caballos: "Mi corazón me duele cuando veo a un hombre montando un caballo." Y los caballos respondieron: "Oveja, nuestros corazones duelen cuando vemos esto: un hombre, el maestro, hace de la lana de las ovejas una prenda cálida para sí mismo y ellas se quedan sin lana". Habiendo escuchado esto, las ovejas huyeron hacia la llanura.
H2óu̯is h1éḱu̯ōs-kwe
h2áu̯ei̯ h1i̯osméi̯ h2u̯l̥h1náh2 né h1ést, só h1éḱu̯oms derḱt. só gwr̥hxúm u̯óǵhom u̯eǵhed; só méǵh2m̥ bhórom; só dhǵhémonm̥ h2ṓḱu bhered. h2óu̯is h1ékwoi̯bhi̯os u̯eu̯ked: “dhǵhémonm̥ spéḱi̯oh2 h1éḱu̯oms-kwe h2áǵeti, ḱḗr moi̯ aghnutor”. h1éḱu̯ōs tu u̯eu̯kond: “ḱludhí, h2ou̯ei̯! tód spéḱi̯omes, n̥sméi̯ aghnutór ḱḗr: dhǵhémō, pótis, sē h2áu̯i̯es h2u̯l̥h1náh2 gwhérmom u̯éstrom u̯ept, h2áu̯ibhi̯os tu h2u̯l̥h1náh2 né h1esti. tód ḱeḱluu̯ṓs h2óu̯is h2aǵróm bhuged.