Cuestionario: Selva Almada
Selva Almada, coordinadora asidua de los Nodos de Enjambre, repsonde a las seis preguntas para escritores.
-¿Cómo describirías tu propia historia con la lengua? ¿Cómo fue y es tu relación con contar, callar y escuchar?
S A: Tengo una relación más estrecha con callar y escuchar. Hablo poco, cuento poco; lo que me pasa, quien soy no me parece interesante, así que prefiero escuchar lo que otros tienen para decir.
-¿En qué se parecen, si se parecen, tu forma de hablar, tu forma de pensar y tu forma de escribir?
S A: Creo que lo que distingue a un escritor de otro es su forma de mirar el mundo, dónde está parado. En ese sentido mi forma de pensar se relaciona con mi forma de escribir. Cuando hablo estoy menos pendiente de la forma; hablar me da en general bastante pereza. En escribir pongo un poco más de empeño porque me gusta más y me divierte muchísimo más.
-¿Qué significan para vos, a la hora de escribir, la música, el oficio, los rituales?
S A: La música y los rituales seguro no significan nada. No escucho música cuando escribo, no es un referente. No tengo rituales. Creo que escribir es un oficio, eso sí, nada de iluminación ni rayo que te atraviesa. Por lo menos a mí escribir me da mucho trabajo.
-¿Qué dirías que es "el afuera de la escritura"?
S A: No entiendo la pregunta. La escritura es sólo una parte de mi vida. Por suerte además está la gente, los amigos, los libros que escriben otros, las fiestas.
-¿Cómo leés, cómo escuchás un texto?
S A: Leo mejor en soledad, si no me disperso bastante. Me gusta escuchar: varias horas a la semana escucho leer a las personas que vienen a los talleres, me gusta escucharlos a ellos. Pero si voy a escuchar una lectura a un ciclo por ejemplo, quien lee tiene que resultarme atractivo de algún modo: las inflexiones de su voz, su actitud, si levanta o no la vista del texto... me gusta escuchar a quienes leen con convicción.
-¿Qué artistas, no escritores, te alucinan?
S A: Ninguno.
Selva Almada, Entre Rios, 1973. Es la autora de “Chicas muertas (2014), "Ladrilleros" (2013) y "El viento que arrasa" (2012), elegida Libro del Año por la revista Ñ; de los libros de relatos "Intemec" (2012), "Una chica de provincia" (2007) y "Niños" (2005); y del libro de poemas "Mal de muñecas" (2003). Integra diversas antologías de relatos, entre ellas "Die Natch des Kometen" (Alemania, 2010). Fue becaria del Fondo Nacional de las Artes (2010). Co-coordina el ciclo de lecturas "Carne Argentina". Dicta talleres de lectura y escritura.